viernes, 15 de enero de 2010

MAS ALLÁ DE LAS IMÁGENES: EL SONIDO 1


por Charles Hammond y Alex Mood.


En el cine, el sonido es complemento indispensable para la imagen. A través de él podemos complementar lo que los elementos visuales no son capaces de señalar. Ambientar, brindar sensaciones, expresar sentimientos y en algunas ocasiones, sustituir una imagen, estas son algunas de las misiones que tiene el sonido dentro del cine.

Imagina las primeras proyecciones del cine mudo y escucha al pianista que toca, mientras miras la escena en que el niño le es arrebatado a Chaplin en “The kid”.

Ahora imagina que esta escena es musicalizada con otro instrumento… por ejemplo: Un violín, una guitarra o una flauta transversal. ¿Parece la música adecuada? Puede ser. O puedes realizar el ejercicio contrario. Toma una melodía cualquiera y crea una escena para ella, ¿Fue la escena correcta? Quizá. Eso lo decidirá el director y más adelante, opinará algún crítico.

Una vez integrado el sonido al filme, el pianista queda atrás y las opciones son mayores. La película puede complementarse con una orquesta, un teléfono público o un cantante de ópera de ser preciso.

Sin embargo, los realizadores de la época no lo recibieron bien. Todos los cambios son difíciles y no todos tienen la capacidad de sacarle el mayor provecho posible. Aún hoy, conocemos personas que se resisten a la tecnología bajo el pretexto de “A mí eso no me gusta”. Así pues, para muchos cineastas, el sonido resultó más una complicación que una ventaja. Como siempre, en momentos de experimentación, se echa más a perder de lo que se aprende. Se argumentó que si bien, el cine sonoro había conquistado el mundo de las voces, había perdido el mundo de los sueños. El cine sonoro fue capaz de transportar al público a un mundo más real, mientras el mudo perseguía el ensueño de las imágenes puras.

El sonido añade realidad a la imagen y la complementa. Logra contrastes, contrapuntos y efectos psicológicos. Acentúa el dramatismo en las escenas o las aligera según la intención del director. Los diálogos brindan una profundidad e intención a los personajes que antes no era posible.

Los “efectos sonoros” ayudan a crear un ambiente dentro de la historia. Fueron creados específicamente para generar y expresar tensión y apoyar a la imagen y diálogo, intención básica en aquel momento. Ahora, es importante diferenciar el concepto de efecto de sonido y complemento sonoro. Hablemos de efectos, únicamente como sonidos insertados en la película de un modo más natural, que trataba de crear la ambientación de la que hemos hablado (ruptura de cristales, entrechocar de espadas, gritos, pasos, puertas que se cierran, etc.), y hablemos de la música como el complemento por excelencia del cine. Elemento capaz de crear ambientes más que ambientación, de transportar al espectador más allá de la misma película, a su propio contexto y hacerla crecer en él. Pero primero lo primero. No podemos hablar de la música en el cine, sin plantear primero su origen.

En “The Jazz Singer” de 1927, considerada la primer película sonora en la historia (aunque hubo films anteriores donde se usó música y sonido sincronizado), existen solo tres escenas en las que Al Jonson aparece con un par de diálogos cortos y cantando tres números. Aunque la intención del director era sincronizar únicamente los números musicales, el sonido amplió las expectativas del público.

Este fue el punto de partida. Si al principio eran sonidos meramente accidentales que incidían en la película, poco después se empezó a crear sonido específicamente para ellas. Para tal efecto, hubo aparatos que resultaron básicos en el desarrollo de esta disciplina.

En 1919 se crea un instrumento que será fundamental en el futuro, tanto en el tema que nos atañe: el cine; como lo que a la postre será la música electrónica: el theremín.

Su inventor, el ruso León Theremin - conocido en algunos sectores como el padre de la música electrónica -, diseñó un oscilador de radiofrecuencia, compuesto por dos antenas: una horizontal, que controla el volumen, y otra vertical, que controla la frecuencia. El sonido que producía podía oscilar entre el violonchelo y a la voz humana, interesantes y productivas variantes por lo que aportaban.

El primer uso registrado de este instrumento se da en 1931, cuando, el compositor Dimitri Shostakovich, ruso también, incluye partes interpretadas con el theremín en la música para la película rusa Odna (Leonid Trauberg y Grigori Kozintsev, 1931).

En las décadas de 1940 y 1950, el theremín, comienza a utilizarse en el cine “Serie B” como parte de los efectos especiales y para ambientar películas de terror y ciencia ficción. Su peculiar sonido le da un matiz de extrañeza a filmes como El día que la tierra se detuvo (The Day the Earth Stood Still , 1951) de Robert Wise, La cosa del otro mundo (The Thing From Another World, 1951) de Christian Nyby, incluso Los 10 Mandamientos (The Ten Commandments, 1956) de Cecil B. De Mille. En todas ellas el theremín fue interpretado por el Dr. Samuel Hoffman, quien también fue pieza clave para el Oscar que ganó Miklós Rózsa por la música de la película de Alfred Hitchcock: Spellbound (1945).

Aparentemente olvidado, el theremin ha vuelto a escena con el grupo Radiohead que lo ha incluido en sus últimos cuatro discos y ha vuelto al cine en películas como Ed Wood (1994) de Tim Burton, El Maquinista (2004) de Brad Anderson y Monster House (2006) de Gil Kenan. Muchos años después de su primer uso, se convierte en parte fundamental de la banda sonora.

Lo cierto es que, si los inicios del cine sonoro presentaron dificultades para los creadores, su evolución ha proporcionado una amplísima gama de posibilidades. Desde que el pianista o la orquesta se presentaban ante los espectadores hasta la era del soundtrack, ha pasado mucho tiempo. El cine, la ambientación, los efectos de sonido, los visuales y la misma música han seguido su propia evolución y plantean un terreno de estudio muy amplio. Tanto dentro de la música electrónica, como en el rock, el alternativo y las vertientes del progresivo, hay mucho camino por recorrer. Y aplicado al cine… aunque como ya hemos dicho: Primero lo primero. La próxima entrega hablaremos de la evolución de los sonidos electrónicos dentro del mundo cinematográfico.


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