domingo, 11 de julio de 2010

AMOR A PRIMERA VISTA

Para Jeannie.

La voy a ver. No tarda en llegar. Me besará, me apretará contra su pecho. Sentiré el calor de su cuerpo y el vigoroso latir de su corazón. Eso me gusta.

Me mirará a los ojos y me dirá: “te quiero”, y yo responderé a esa mirada alegremente. Caminaremos juntos y comeré con ella sin duda alguna, y después -si tengo suerte-, me dejará entrar y podré -¡por fin!-, dormir en su cama, claro, si me lo permite.

Todavía recuerdo aquel día en que nos conocimos, ella -¡quién más!-, fue en mi auxilio después de que unos bárbaros me golpearan. Yo estaba ahí, sangrando. Me revisó, tenía un par de heridas, no graves pero si escandalosas. Me llevó a su trabajo y las limpió. Me ofreció un poco de agua. Al otro día, como todo un caballero –que lo soy- fui a darle las gracias. Me miró parado frente a la puerta y pude ver la felicidad que se dibujaba en su rostro. Fui hacía ella y me abrazó. Me preguntó cómo me sentía mientras acariciaba mi cabeza. Me llevó dentro y compartió su comida conmigo, en ese momento supe que ya no nos separaríamos, ¡Y acerté!

No tarda en llegar, sé que viene en camino. Ya casi es la hora. Cuando la vea iré hacía ella y me lanzaré a sus cálidos brazos y no querré separarme de ella nunca más…