domingo, 11 de julio de 2010

AMOR A PRIMERA VISTA

Para Jeannie.

La voy a ver. No tarda en llegar. Me besará, me apretará contra su pecho. Sentiré el calor de su cuerpo y el vigoroso latir de su corazón. Eso me gusta.

Me mirará a los ojos y me dirá: “te quiero”, y yo responderé a esa mirada alegremente. Caminaremos juntos y comeré con ella sin duda alguna, y después -si tengo suerte-, me dejará entrar y podré -¡por fin!-, dormir en su cama, claro, si me lo permite.

Todavía recuerdo aquel día en que nos conocimos, ella -¡quién más!-, fue en mi auxilio después de que unos bárbaros me golpearan. Yo estaba ahí, sangrando. Me revisó, tenía un par de heridas, no graves pero si escandalosas. Me llevó a su trabajo y las limpió. Me ofreció un poco de agua. Al otro día, como todo un caballero –que lo soy- fui a darle las gracias. Me miró parado frente a la puerta y pude ver la felicidad que se dibujaba en su rostro. Fui hacía ella y me abrazó. Me preguntó cómo me sentía mientras acariciaba mi cabeza. Me llevó dentro y compartió su comida conmigo, en ese momento supe que ya no nos separaríamos, ¡Y acerté!

No tarda en llegar, sé que viene en camino. Ya casi es la hora. Cuando la vea iré hacía ella y me lanzaré a sus cálidos brazos y no querré separarme de ella nunca más…


jueves, 4 de febrero de 2010

MÁS ALLÁ DE LAS IMÁGENES: EL SONIDO 2

Por Karl Hammond y Alex Moog

Se dice a voz de cuello que: “una imagen vale más que mil palabras”. Ahora pregúntate en voz baja: ¿Cuánto vale una imagen acompañada del sonido?
Pero como ya lo hemos dicho: Primero lo primero. La historia de los instrumentos electrónicos en el cine pasa del theremin a otro instrumento similar pero bastante más complejo que generaba un sonido similar. Con él se compone la primer pieza musical específicamente creada para una película. Estamos hablando de las “Ondas Martenot”, creado en 1928 por Maurice Martenot.
Este instrumento, posee una gama de sonidos - que, aunque similares - mucho más amplia que el thereminovox. Con el mismo tipo de ingeniería, pero con una amplitud mayor en las escalas. Es capaz de crear más de un sonido a la vez y modificarlos en mayor medida, mientras el theremin, solo muestra dos variantes: la de sonido y la de volumen.
El primer uso relevante de este instrumento, lo encontramos en 1934, cuando Arthur Honegger compone una pieza musical para la película francesa de animación “La Idea” (L’Idée, 1932) de Berthold Bartosch, que se considera el primer soundtrack totalmente electrónico, y donde las Ondas Martenot son fundamentales.
Es un corto de aproximadamente 25 minutos de duración. Profunda y emotiva reflexión, maneja una interesantísima metáfora sobre las ideas y su recepción por los hombres. La película puede encontrarse en internet en http://www.dailymotion.com/video/xevud_lidee-1932. Checa tanto el corto, como la sonorización, son sumamente interesantes y ayudan a comprender, a fondo, los inicios del cine sonoro.

Catorce años después, en 1948, mediante el Ondas Martenot, Brian Easdale compone la música para el ballet “Los Zapatos Rojos”, que sería llevada a la pantalla grande por Michael Powell y Emeric Pressburger (Red Shoes, 1948), ganando Easdale el Oscar por la mejor música. Una vez más, los instrumentos electrónicos marcaban la diferencia en la Academia.
A partir de aquí, el protagonismo del Ondas Martenot se diluye, pero sigue siendo utilizado para crear música ambiental y complementar las composiciones para filmes de todo tipo. Al igual que el Theremín, las Ondas Martenot se usaron con mucha frecuencia tanto en cine como en Televisión en los géneros de Terror y Ciencia Ficción, durante la década de los 50’s y años posteriores: La miniserie Jesus de Nazareth (1977), o la famosa película Ghostbusters (1984)
Mas allá de su uso en el cine, este instrumento fue muy bien acogido por compositores clásicos como Olivier Messiaen (Fête des belles eaux, 1937), Darius Milhaud (“La création du monde, ballet con tendencias al jazz y un inusual solo de saxofón) y Maurice Jarre (“Mad Max III” y “Lawrence of Arabia”), entre otros por las amplias posibilidades sonoras que brindaba.
Dentro del género del rock, ha sido empleado en grabaciones de diversos artistas. Frank Zappa, de quien no puede extrañarnos ningún tipo de experimentación, Bryan Ferry, lo utilizó en 1999, en el album As Time Goes By, y Joe Jackson lo devolvió al cine en el soundtrack que realizó para la pelicula Tucker: The Man and His Dream de 1988. Las posibilidades y aún la actualidad del instrumento, se muestran actualmente con el especialista – llamado específicamente “ondista” – Thomas Bloch quien constantemente sale de gira con artistas como Tom Waits, Marianne Faithfull y Damon Albarn. Encontramos otro ejemplo en Jonny Greenwood, guitarrista del grupo Radiohead, quien, sin ayuda de un experto en el instrumento, ha utilizado tanto el Ondas Martinot como el Theremin para los arreglos en las grabaciones, como soporte de sus solos de guitarra desde el disco Kid A. Incluso en la canción "How to Disappear Completely” utiliza el sonido de 6 Ondas Martinot combinadas.
No menos importante fue el Tratorium, creación del ingeniero Freidrich Adolf Trautwein y perfeccionado por Oskar Sala, famoso por ser utilizado en “Los Pájaros” de Alfred Hitchcock (The Birds, 1963). La película no cuenta con un Score, sólo con los sonidos creados con Mixtrautonium, interpretados por el mismo Sala.
El funcionamiento del Tratonium original es similar al Ondas Martenot, pero al igual que este superó al theremin. El tratonium es más complejo y amplía las posibilidades sónicas. Cuenta con un tablero y con un cable de resistencia atado a un riel de metal que tiene una escala cromática acoplada a un tubo de neón que funciona como oscilador. El ejecutante, presiona el cable contra el riel y completa el circuito mientras el oscilador amplifica el sonido por medio de una bocina. La posición del dedo en el cable determina la resistencia controlando la frecuencia y la velocidad del oscilador. El volumen se controla con un pedal que se maneja al pie.
El Tratonium posee un rango de tres octavas que pueden ser transpuestas por un switch. Una serie de circuitos ubicados en el tablero, pueden sumarse al control del timbre amplificando solo las armonías de la nota principal, ninguna parcial. Este instrumento produce una gama de tonos electrónicos muy diferentes a los que podían crearse mediante los instrumentos de válvula utilizados en las décadas de 1920 y 1930.
El cambio producido por estos instrumentos en la forma de concebir y hacer cine es de suma importancia. ¿Por qué? Porque sentaron los precedentes para la musicalización y ambientación actuales. Estos avances tecnológicos son la base de la creación actual de sonidos y efectos por computadora. Por obvias razones, no entraremos en detalles respecto a los efectos visuales sino que nos centraremos en lo sonoro. ¿Acaso puede concebirse el asesinato que comete Norman Bates en la bañera sin el clásico sonido de fondo? ¿O es que toda una generación jugamos a disparar con laser emulando el sonido “starwars” por pura coincidencia?
Una vez establecidos los principios de lo análogo, la próxima entrega abordaremos la digitalización de los sonidos, la creación de efectos por computadora, el uso de sintetizadores más complejos y la musicalización electrónica de lleno en el cine.
Por lo pronto, quédate con las preguntas anteriores y la imagen de Alfred Hitchcock al pie de un Mixatratonium, mientras una parvada atraviesa tu ventana y musicaliza…

viernes, 15 de enero de 2010

MAS ALLÁ DE LAS IMÁGENES: EL SONIDO 1


por Charles Hammond y Alex Mood.


En el cine, el sonido es complemento indispensable para la imagen. A través de él podemos complementar lo que los elementos visuales no son capaces de señalar. Ambientar, brindar sensaciones, expresar sentimientos y en algunas ocasiones, sustituir una imagen, estas son algunas de las misiones que tiene el sonido dentro del cine.

Imagina las primeras proyecciones del cine mudo y escucha al pianista que toca, mientras miras la escena en que el niño le es arrebatado a Chaplin en “The kid”.

Ahora imagina que esta escena es musicalizada con otro instrumento… por ejemplo: Un violín, una guitarra o una flauta transversal. ¿Parece la música adecuada? Puede ser. O puedes realizar el ejercicio contrario. Toma una melodía cualquiera y crea una escena para ella, ¿Fue la escena correcta? Quizá. Eso lo decidirá el director y más adelante, opinará algún crítico.

Una vez integrado el sonido al filme, el pianista queda atrás y las opciones son mayores. La película puede complementarse con una orquesta, un teléfono público o un cantante de ópera de ser preciso.

Sin embargo, los realizadores de la época no lo recibieron bien. Todos los cambios son difíciles y no todos tienen la capacidad de sacarle el mayor provecho posible. Aún hoy, conocemos personas que se resisten a la tecnología bajo el pretexto de “A mí eso no me gusta”. Así pues, para muchos cineastas, el sonido resultó más una complicación que una ventaja. Como siempre, en momentos de experimentación, se echa más a perder de lo que se aprende. Se argumentó que si bien, el cine sonoro había conquistado el mundo de las voces, había perdido el mundo de los sueños. El cine sonoro fue capaz de transportar al público a un mundo más real, mientras el mudo perseguía el ensueño de las imágenes puras.

El sonido añade realidad a la imagen y la complementa. Logra contrastes, contrapuntos y efectos psicológicos. Acentúa el dramatismo en las escenas o las aligera según la intención del director. Los diálogos brindan una profundidad e intención a los personajes que antes no era posible.

Los “efectos sonoros” ayudan a crear un ambiente dentro de la historia. Fueron creados específicamente para generar y expresar tensión y apoyar a la imagen y diálogo, intención básica en aquel momento. Ahora, es importante diferenciar el concepto de efecto de sonido y complemento sonoro. Hablemos de efectos, únicamente como sonidos insertados en la película de un modo más natural, que trataba de crear la ambientación de la que hemos hablado (ruptura de cristales, entrechocar de espadas, gritos, pasos, puertas que se cierran, etc.), y hablemos de la música como el complemento por excelencia del cine. Elemento capaz de crear ambientes más que ambientación, de transportar al espectador más allá de la misma película, a su propio contexto y hacerla crecer en él. Pero primero lo primero. No podemos hablar de la música en el cine, sin plantear primero su origen.

En “The Jazz Singer” de 1927, considerada la primer película sonora en la historia (aunque hubo films anteriores donde se usó música y sonido sincronizado), existen solo tres escenas en las que Al Jonson aparece con un par de diálogos cortos y cantando tres números. Aunque la intención del director era sincronizar únicamente los números musicales, el sonido amplió las expectativas del público.

Este fue el punto de partida. Si al principio eran sonidos meramente accidentales que incidían en la película, poco después se empezó a crear sonido específicamente para ellas. Para tal efecto, hubo aparatos que resultaron básicos en el desarrollo de esta disciplina.

En 1919 se crea un instrumento que será fundamental en el futuro, tanto en el tema que nos atañe: el cine; como lo que a la postre será la música electrónica: el theremín.

Su inventor, el ruso León Theremin - conocido en algunos sectores como el padre de la música electrónica -, diseñó un oscilador de radiofrecuencia, compuesto por dos antenas: una horizontal, que controla el volumen, y otra vertical, que controla la frecuencia. El sonido que producía podía oscilar entre el violonchelo y a la voz humana, interesantes y productivas variantes por lo que aportaban.

El primer uso registrado de este instrumento se da en 1931, cuando, el compositor Dimitri Shostakovich, ruso también, incluye partes interpretadas con el theremín en la música para la película rusa Odna (Leonid Trauberg y Grigori Kozintsev, 1931).

En las décadas de 1940 y 1950, el theremín, comienza a utilizarse en el cine “Serie B” como parte de los efectos especiales y para ambientar películas de terror y ciencia ficción. Su peculiar sonido le da un matiz de extrañeza a filmes como El día que la tierra se detuvo (The Day the Earth Stood Still , 1951) de Robert Wise, La cosa del otro mundo (The Thing From Another World, 1951) de Christian Nyby, incluso Los 10 Mandamientos (The Ten Commandments, 1956) de Cecil B. De Mille. En todas ellas el theremín fue interpretado por el Dr. Samuel Hoffman, quien también fue pieza clave para el Oscar que ganó Miklós Rózsa por la música de la película de Alfred Hitchcock: Spellbound (1945).

Aparentemente olvidado, el theremin ha vuelto a escena con el grupo Radiohead que lo ha incluido en sus últimos cuatro discos y ha vuelto al cine en películas como Ed Wood (1994) de Tim Burton, El Maquinista (2004) de Brad Anderson y Monster House (2006) de Gil Kenan. Muchos años después de su primer uso, se convierte en parte fundamental de la banda sonora.

Lo cierto es que, si los inicios del cine sonoro presentaron dificultades para los creadores, su evolución ha proporcionado una amplísima gama de posibilidades. Desde que el pianista o la orquesta se presentaban ante los espectadores hasta la era del soundtrack, ha pasado mucho tiempo. El cine, la ambientación, los efectos de sonido, los visuales y la misma música han seguido su propia evolución y plantean un terreno de estudio muy amplio. Tanto dentro de la música electrónica, como en el rock, el alternativo y las vertientes del progresivo, hay mucho camino por recorrer. Y aplicado al cine… aunque como ya hemos dicho: Primero lo primero. La próxima entrega hablaremos de la evolución de los sonidos electrónicos dentro del mundo cinematográfico.


lunes, 11 de enero de 2010

¿El factor Sánchez?



Esta temporada los NY Jets sorprendieron al adquirir a QB novato Mark Sánchez, proveniente de los Troyanos de USC. Su Coach -Rex Ryan, genio defensivo proveniente de los Cuervos de Baltimore- negoció a varios jugadores y algunas selecciones colegiales con los Browns de Cleveland, para acceder a este jugador; quien tuviera una gran temporada como colegial.
Los comentarios fueron encontrados, ya que Sánchez tan sólo tenía un año de experiencia como QB titular en los Troyanos de Pete Carroll. Sin embargo se arriesgó y ahora lo tenemos en la NFL.

Tuvo un inicio maravilloso. Logró ganar sus tres primeros juegos -record para un QB novato-, después la misma inexperiencia lo llevó a cometer errores que contribuyó en las derrotas de su equipo. En el enfrentamiento contra los Santos de Nueva Orleans, fue interceptado en tres ocasiones -una de las cuales le fue devuelta a TD- además de perder un balón que fue devuelto por la defensa de los Santos para TD. El juego contra los Bills de Búfalo fue una pesadilla para el equipo, ya que el ataque terrestre de los Jets acumuló 318 yardas -Thomas Jones corrió para 210 yardas y un TD- pero esto no fue suficiente, ya que el novato de USC fue interceptado en cinco ocasiones, siendo la última la más dolorosa, pues se presentó en tiempo extra y les dejó el juego en bandeja de plata a los Bills, que no desaprovecharon. En la semana 11 tuvo otro juego para el olvido. En la visita al Estadio Guillette se llevó cuatro intercepciones y perdió un balón. Nueva Inglaterra les pasó por encima. En la semana 15, se jugaba un partido clave contra los Halcones de Atlanta. Los Jets dominaron la mayor parte del juego, sin embargo los errores se presentaron otra vez, Sánchez fue interceptado en tres ocasiones, sin embargo la clave fueron tres FG fallados por el pateador Jay feely. Fue una derrota dolorosa, todo indicaba que Nueva York no iría a Playoffs.
Las dos últimas semanas desataron la polémica. Indianápolis decidió descansar a sus jugadores titulares después del tercer cuarto cuando tenían una ventaja de 15-10 y los Potros no pudieron mantener la ventaja y los Jets aprovecharon quitándole el invicto. El siguiente juego era el más importante, tenía que vencer a los Bengalíes de Cincinnati que también decidieron descansar a algunas piezas claves como su corredor Cedric Benson. Los Jets sólo necesitaban una victoria y la lograron con claridad 37-0 consiguiendo con esto su pase a Playoffs y despidiéndose dignamente de su casa: el Giant Stadium.
Una de las claves para el pase a plyoffs fue que el Coach Rex Ryan decidió basar su ataque en el juego terrestre y lanzar sólo lo necesario. Por lo cual Sánchez terminó la temporada con números muy discretos: 12 TD, 20 int. (record para un novato), 2,444 yardas y rating de 63.0. Mientras el ataque terrestre de Nueva York terminó como el mejor de la liga, promediando 172.2 yardas por juego.
Lo que haga Mark Sánchez de aquí en adelante será sólo ganancia, ya que al ser su primera temporada y lograr acceder a playoffs ya es un triunfo además de que le dará experiencia para el futuro. Desde luego que el plan de juego de los Jets no cambiará y seguirá basando su ataque en el juego terrestre y sólo lanzará cuando sea necesario. En términos generales, creo que el novato cumplió, tal vez no como los fanáticos quisiéramos, pero hay que darle tiempo para que madure.